La actual conducción municipal asumió como compromiso de campaña el mantener este servicio accesible, de buena calidad en la prestación y con un precio razonable para todos los vecinos de la ciudad. Demás esta decir que la promesa fue consecuentemente olvidada por la administración del Frente Progresista Cívico y Social.
A pocos meses de la última actualización tarifaria se aumenta nuevamente el boleto.
Este aumento implica restringir el acceso a este bien público y obligar a los usuarios a sufrir la descarga de la crisis de los empresarios del transporte.
Cómo siempre, las medidas de ajustes y aumentos excesivos recaen en los bolsillos de los sectores más vulnerables de la ciudadanía.
La población estudiantil es particularmente afectada por el aumento de la tarifa: sin un boleto estudiantil
-medida razonable y justa- los gastos mensuales de un alumno universitario promedio se tornan absurdamente altos.
Con la nueva tarifa propuesta (2,25 ocasional/2,05 con tarjeta) ir y volver de la Facultad demandaría desembolsar una cantidad de dinero que dificulta y obstaculiza la permanencia en la Universidad de los estudiantes en condiciones económicas y laborales precarias
Teniendo en cuenta que nuestra ciudad es la sede de una de las Universidades Nacionales más grandes del país, el aumento es una afrenta al ideario reformista de "educación pública y gratuita" que muchos de los funcionarios de esta Municipalidad dijeron defender en sus años universitarios.
Establecer tarifas altísimas para los servicios públicos no contribuye a democratizar nada más que la miseria.
¡Debemos unirnos para exigir un boleto estudiantil para todos!
